Hay lugares en el centro de una ciudad que pueden pasar desapercibidos.
Más de una vez encontré esos lugares olvidados. Olvidados para la mayoría,
porque hay gente que los ha descubierto y los disfruta, este es el caso del Parque Harnecker, el parque central de mí ciudad. Claro que no siempre fue central,
décadas atrás estuvo en uno de sus extremos,vecino al antiguo cementerio,hoy
desaparecido, hasta los cementerios mueren...
Para los días sin lluvia necesito un lugar al aire
libre que no sea tan expuesto como una plaza o la costanera. Un lugar para
esperar entre trámites y para descansar,pensar o escribir. Esto antes o después de la obligada visita al supermercado que está
enfrente.
La gente utiliza los mesones y bancos
hechos con la madera de los añosos árboles que ya deben talar. Jóvenes y adultos compran cervezas y alimentos en el super
y pasan la tarde ahí, a veces hago lo mismo.
Hay quienes corren o juegan fútbol.Las familias de barrios cercanos vienen a celebrar cumpleaños o hacen parrilladas. Las parejas actúan con cierta discreción, no hay lugares frondosos donde aventurarse a más… aunque quizás me equievoque.
Hay quienes corren o juegan fútbol.Las familias de barrios cercanos vienen a celebrar cumpleaños o hacen parrilladas. Las parejas actúan con cierta discreción, no hay lugares frondosos donde aventurarse a más… aunque quizás me equievoque.
Unos cuantos obreros municipales y un par de guardias laboran cada día. Las bodegas de
herramientas y materiales están en una de las salidas. Trabajar
aquí es mejor que en cualquier otro lado, siempre habrá tiempo para fumar un
cigarrillo o conversar tranquilamente sentado en los bancos o tirado sobre el césped.
No hay mejor sitio para pasa un día caluroso o
templado. Si esperamos la luz del atardecer podremos llevarnos a casa algo del
oro y la plata esparcidos por todo el lugar.